Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Gimnasia para el Adulto Mayor (página 2)



Partes: 1, 2

Según Robert N. Butler y Myrna Lewis (1990) en el
deseo, la capacidad y satisfacción sexuales existe
enlentecimiento gradual, se necesita más tiempo para la
estimulación y alcanzar el clímax sexual, esto no
se considera un deterioro ya que permite una mejor
sincronización de las respuestas entre los sexos.
(18)

El tiempo para alcanzar la excitación y conseguir
una erección es más largo y estas últimas
son menos potentes; generalmente el hecho de pensar en el sexo no
es suficiente y se requiere más estimulación
física sobre el pene durante un período de tiempo
prolongado, esto puede deberse a la reducción en la
sensibilidad del mismo. El tiempo que transcurre entre cada
erección es más grande con el paso de los
años. La sensación que produce la
eyaculación es menor, al igual que la cantidad de semen y
el orgasmo no es tan intenso como antes.

En el hombre, aunque disminuye la concentración
de testosterona, no existe climaterio fisiológico
masculino, pueden seguir siendo fértiles hasta el final de
sus vidas.

La impotencia es frecuente pero es consecuencia del
estrés, fatiga, tensión, sentimiento de culpa,
depresión, enfermedades, consumo excesivo de alcohol y
ansiedad por la función sexual; también incide los
efectos secundarios de medicamentos y mayoritariamente las
enfermedades como diabetes, insuficiencia vascular,
cirugía radical, traumatismos, hipogonadismo y esclerosis
múltiple.

En las mujeres, las alteraciones están
relacionadas con la menopausia que incide en el déficit de
estrógeno y provoca sequedad vaginal con irritación
y dolor, acortamiento y estrechamiento de la vagina y
reducción del tamaño del
clítoris.

Aunque la función sexual es muy diferente a la de
los jóvenes, eso no significa que tiene que ser menos
placentera; la solución está en que su
expresión debe ser cambiada encontrando nuevas formas de
estimulación.

Alteraciones
psicológicas más frecuentes en la
vejez

Los adultos mayores, influidos por las pérdidas a
las que están sometidos o por temor a éstas, sufren
una especie de exclusión o descalificación que
incide en la reducción de su sistema relacional y social,
conduciéndolos a una muerte social antes que la
biológica.

Las modificaciones psicoafectivas y biológicas,
así como los cambios por acontecimientos existenciales,
hacen del anciano un individuo más expuesto al riesgo de
padecer alteraciones psíquicas y son frecuentes en ellos,
la aparición de estados de ánimo particulares de:
Irritabilidad, indiferencia, inestabilidad y
pesimismo.

Los procesos afectivos se manifiestan a través de
los estados de ánimos, emociones y sentimientos, que
expresan las relaciones que existen entre las necesidades y las
satisfacciones que proceden del medio. En el adulto mayor las
modificaciones más frecuentes son:

La ansiedad: es una desviación de la
normalidad psicológica media que no compromete gravemente
la convivencia social aunque crea problemas a las familias, a las
instituciones y a quienes los pretendan atender.

Este estado de ánimo se centra en el futuro,
predomina en ella, la actividad hipervigilante, es compatible con
el mantenimiento de intereses. Sus síntomas más
frecuentes son el insomnio de conciliación, sueños
angustiosos, conducta suicida infrecuente. Mejora con
tranquilizantes.

La ansiedad se acentúa con el envejecimiento,
motivado por la psicodinámica de la personalidad o por
modificaciones orgánicas que al envejecer se producen sin
ser estas patológicas; la misma puede ser:

Generalizada: en estas edades se complican con
síntomas depresivos y enfermedades físicas, para
establecer su diagnóstico se debe tener en cuenta la
tensión motora, la hiperactividad autónoma, la
expectación aperciba y alteraciones en la
vigilancia.

Subyacente o manifiesta: se relaciona
fundamentalmente con la respuesta adaptativa a las
pérdidas (afectivas o de objetos) y temores de
afrontamiento a las frustraciones, al sentimiento de ser
marginado u olvidado y a la asimilación racional de la
realidad.

La depresión: es otra de las alteraciones
de las funciones afectivas, que se caracteriza por un estado de
ánimo de tristeza, abatimiento e infelicidad y que se
advierte en la expresión facial, acompañada de
enfermedades comunes y disminuye la actividad y la tensión
vital.

Este estado de ánimo se centra en el pasado. En
ella predomina el enlentecimiento, pérdida global
de intereses, insomnio tardío, sueños tristes,
conducta suicida frecuente. No mejora con
tranquilizantes.

La depresión tiene causas, psicológicas,
sociales y biológicas. El comité de expertos de
gerontopsicología de la OMS refirió que la
depresión es el problema de salud más común
en la tercera edad.

La depresión caracteriza al anciano como: un
individuo silencioso, retraído, inmóvil, sin
interés por la vida, tristeza y el auto reproche. El
estado de ánimo del anciano deprimido se caracteriza por:
pesimismo, inestabilidad, irritabilidad, y en ocasiones,
sentimiento de culpa. La manifestación de los
hábitos externos de los ancianos deprimidos son: el
desaliño, la apatía y la letargia.

Personalidad y envejecimiento.

Históricamente el tópico del
envejecimiento se ha centrado en ¿cómo afecta el
envejecimiento a la personalidad o cómo afecta la
personalidad al envejecimiento?

La personalidad en el anciano no difiere mucho de lo que
fue en sus etapas anteriores, y que los cambios se operan en
ella, son más en plano interno que en lo externo y dentro
de ellos se destacan:

  • Cambios en el pensamiento, en la afectividad y en la
    conducta diaria.

  • Insatisfacción por la vida.

  • Pérdida de autonomía.

  • Insatisfacción o desajustes
    sexuales.

  • Pérdida de papeles familiares y
    sociales.

  • Rechazo e inadaptación a la vejez.

  • Inconformidad con su imagen corporal.

  • Proceso de aislamiento o disminución de las
    relaciones humanas.

Estrés en
la tercera edad

El estrés es una respuesta general del
organismo ante cualquier estímulo estresor o
situación estresante.

El estrés forma parte de lo cotidiano en
cualquier etapa de la vida, pero dada las características
psicológicas de la tercera edad y teniendo en cuenta que
la respuesta exitosa al estrés dependen de funciones que
se encuentran en mayor o menor medidas afectadas en el anciano,
la respuesta, en muchas ocasiones requiere de la ayuda de otras
personas y tropiezan con el inconveniente de que la misma no
existe o son de otra generación aunque sea de la misma
familia.

La conciencia que casi siempre tiene el anciano de la
disminución de sus capacidades, muchas veces reforzadas
por las diferentes personas que los rodean constituye por
sí mismo un factor de estrés.

A pesar de esto la mayoría de los ancianos viven,
se adaptan y afrontan situaciones estresantes a veces mejor que
cualquier joven esto pudiera explicarse por: la experiencia
vivida, las múltiples situaciones enfrentadas y las
posibilidades no conocidas del desarrollo del anciano.

El grado de estrés, a que está sometido un
anciano en su vida cotidiana y su adaptación está
asociado a: aspectos socioculturales, la familia, el estilo de
vida individual y familiar y el apoyo social.

Lo
sociológico en el envejecimiento

El apoyo social según Kaplan (1974) se define
como "un patrón duradero de lazos continuos o
intermitentes que desempeñan una función notable en
el mantenimiento de la integridad psicológica y
física del individuo en el transcurso del
tiempo."

Según Ballestero (1992) apoyo social es la ayuda
emocional e instrumental que para el individuo se derivan de un
entramado o red social.

La falta de participación social y de apoyo
social en el adulto mayor provoca: la pérdida de la
sensación de poder y el bajo nivel de autoestima; la no
percepción del bienestar y de pertenencia; el no sentirse
valorado y representado; la depresión; el estrés
mantenido; rechazo a los cambios que en el se operan como
consecuencias de la nueva etapa del ciclo vital; aislamiento;
debilitamiento de su salud funcional; debilitamiento de la
capacidad de afrontamiento ante las agresiones del
medio.

Tener una red social no es sinónimo de apoyo
social, si el sujeto tiene familia, amigos y un círculo de
conocidos, no necesariamente es beneficiario autónomo de
apoyo. El apoyo viene cuando el compromiso de las personas entre
sí, se extiende a un nivel de preocupación e
involucración; el estar inmerso en la red, es solo el
primer paso, el paso final depende de la calidad de la
relación que ha de encontrar dentro de la red, es decir,
se debe tener intercambio de comunicación íntima y
la presencia de solidaridad y confianza.

El apoyo social cumple diferentes funciones para el
adulto mayor entre las que podemos destacar:

  • Instrumental: Apoyo tangible y
    material.

  • Emocional: el afecto expresivo y sustento
    emocional.

  • Estima: incluye valoración,
    reconocimiento y afirmación.

  • Informativo: es enseñar, guiar,
    orientar y aconsejar, predeterminar circunstancias de la
    vida, ayudar a tomar decisiones, ofertar
    vías.

  • Compañía: proximidad,
    disposición e interacción social
    positiva.

  • Motivacional: animar, estimular y
    reafirmar

  • El apoyo socioemocinal es muy importante dado
    por: la aseveración o demostración de amor,
    cariño, estima, simpatía y pertenencia al
    grupo.

El cumplimiento de estas funciones de apoyo social con
el que envejece facilita: el mantenimiento y enriquecimiento del
bienestar, a través de la provisión de recursos, la
satisfacción de las necesidades afiliativas, el
aprendizaje, entendimiento, tolerancia y mantenimiento de ideas
de sí mismo, el enriquecimiento de la autoestima, la
protección ante las situaciones de cambio.

Las personas de la tercera edad se ven afectadas por
riesgos sociales que aceleran los cambios que en esta etapa del
ciclo de vida se operan.

Riesgos psicosociales: son aquellas
características o rasgos vinculados a factores
psicosociales que aumentan la vulnerabilidad del adulto mayor
para causarle daño o enfermedad Estos factores dependen
de: la estructura de la sociedad, las tradiciones culturales, el
grado de preparación para aceptar los cambios que implican
el envejecimiento.

Los factores de riesgos sociales se clasifican en:
individuales y colectivos.

Dentro de los individuales tenemos.

  • Modo de vida: todo aquello que tiene el
    individuo en la sociedad a su disposición: fuente de
    trabajo, condiciones de la vivienda, atención
    médica, alimentación, centros culturales,
    deportivos, recreativos, transporte, comunicación
    etc.

  • Estilos de vida: es el resultado de la
    relación entre las condiciones de vida y los patrones
    individuales: hábitos de higiene, nutrición,
    tóxico, se refiere a las particularidades de un
    individuo para utilizar y disfrutar lo que tiene.

Estos riesgos pueden ser: no modificables como el
sexo, raza, edad. Y modificables: malnutrición,
alcoholismo, hábito de fumar, suicidio, depresión y
enfermedades crónicas no transmisibles.

Existen otros factores de riesgos en al adulto mayor que
hay que prestar particular atención por las consecuencias
adversas que pueden provocar, estos son: desarraigo social,
condiciones financieras desfavorables, soledad, maltrato,
pérdida de roles sociales, inactividad física y la
viudez.

Otro factor de riesgo lo constituye la
jubilación, que sin la debida preparación social y
psicológica constituye un paso brusco de una
posición activa a una pasiva que puede conllevar a que el
individuo no encuentre estimulación y bienestar en otras
acciones cotidianas. Para algunos la jubilación se
convierte en una marginación social y afecta la
situación económica, el estado emocional y la
participación social.

La jubilación no siempre constituye un factor de
riesgo, pues hay quienes la acogen con agrado, pero esto es
porque: tienen respaldo económico, familiar y han logrado
un proyecto de vida que le permite adaptarse al nuevo
estado.

 

 

Autor:

Lic. José Luis Reboredo
Pellitero.

Tutor: Ms. Carlos Manuel Pérez
Reyes

Estado: Distrito Capital

Parroquia El Paraíso

UNIVERSIDAD DE LA CIENCIA DE LA CULTURA
FISICA Y DEPORTES "MANUEL FAJARDO"

Trabajo del Módulo III.

2010

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter